jueves, 25 de septiembre de 2008

I am the man who walks alone..

Sentado en mi cama con los ojos fijos a través de esa ventana que miran a un punto en la distancia. Espero a las luces del día. Mi único acompañante es el sonido del silencio, abajo aún resuenan los ecos sin sentido de la fiesta. Los segundos se convierten en horas mientras cierro los ojos esperando para volver a verte. Recuerdo sus labios y sus ojos que lanzaban miradas que hacían daño. Lo único que quiero es ver su pelo y su piel, dime donde estás… Los rayos del sol asoman entre los edificios, es hora de salir. Por la calle solo veo rostros fríos, sin expresión alguna que no van a ninguna parte y no significan nada para mí. En este momento solo me importas tú, solo pienso en ti y nada me puede parar. Las calles se hacen eternas y no veo la siguiente esquina. Los metros no avanzan, la monotonía de las baldosas me desespera. Por fin… por fin tú calle. Giro la esquina que solo significa una cosa, Tú. Mi desesperación aumenta a pesar de saber que estas más cerca. Estoy a punto de llegar a tu portal cuando veo que alguien sale de la vieja puerta de metal. Los árboles tapan la tenue luz del sol pero aún así se quien es. Ella sonríe. Cuando te veo sonreír vuelvo a creer otra vez. Nos besamos y noto una lágrima caer por tu blanca mejilla. El tiempo se detiene y por favor que no se ponga en marcha otra vez…
El mejor de los pecados el haberte conocido…



Qué difícil es olvidar a la única persona de la que de verdad has estado enamorado...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Último capítulo?

Ante ayer pasé las últimas horas antes de dormir agarrado a un libro. La verdad es que pensaba que serían muchas menos horas, pero la cosa se fue alargando. Llegué a un punto en el que la trama del libro se ponía fea. El ambiente era muy triste y muy deprimente. El autor te transmitía los sucesos y lo que sentían los personajes de tal manera que era como si lo estuvieras viviendo de primera mano. Era tan bonito y a la vez tan amargo que te daban ganas de cerrar el libro y llorar. No llevo ni un cuarto de libro leído pero si a estas alturas ya te transmite esta sensación, acuéstate y suda

A lo que iba. Leí un capítulo más y dije basta. No podía seguir leyendo más esa noche. Cerré el libro y apagué la luz. Pero en vez de escuchar un poco de música, lo que me hubiera subido la moral, me puse a pensar. Esto trajo malas consecuencias porque me hundí. Me hundí moralmente recordando cosas que quiero olvidar, pero que me es imposible. Es una pena pero es lo que hay.

No tengo claro que deba contar esto por aquí pero ya que estoy… Llegué a un punto en el que pensé que necesitaba llorar, pero me dije a mi mismo que no podía hacerlo y no lo hice. No le veo utilidad, pienso que es mejor reír pero en ese momento no podía reír, así que lo único que quería hacer era dormir. Pero volvemos a lo mismo, no podía dormir porque lo citado anteriormente me había quitado el sueño. Justo en ese momento me empecé a encontrar fatal. Me dolía la cabeza y el estomago y decidí dar una vuelta. Me relajé un poco y me fui a la cama con la remota esperanza de poder dormir. No pude. El colchón parecía estar hecho de hierro y la almohada de piedra. Y otra vez a pensar…

Pero esta vez, mi mente se desvió del rumbo y mis recuerdos fueron a parar hacia una persona. No una persona cualquiera, si no una persona especial, muy especial. Se trataba de una persona que entro en mi vida hace relativamente poco tiempo. Poco a poco, ella se fue haciendo un hueco en mí día a día. Me proporcionaba buenos momentos y mucho apoyo cuando no estaba anímicamente bien. Ella siempre estaba ahí cuando la necesitaba y éramos como dos almas gemelas. No me había dado cuenta de lo importante que iba a ser en mi vida en los meses siguientes y lo que lo es ahora. Cada hora sin ella es un tormento.

Y así con esos últimos pensamientos, me lancé al mundo de Morfeo. Hoy no sé si abriré ese libro…

jueves, 4 de septiembre de 2008

Me bastan 40 duros de felicidad...

Me caigo...
Me caigo y me vuelvo a levantar. Siempre intento levantarme pero hay veces en las que me cuesta mucho. Incluso meses después de superarlo me viene a la cabeza y me siento muy mal. Hace un tiempo escuché una frase. Esta decía: "La experiencia no es las veces que te caes, es las veces que te levantas". Muchas veces pienso en esta frase cuando las cosas no van del todo bien y tengo que decir que no es que me ayude mucho. Lo único que quieres en esa situación es superar el bache. No tienes tiempo para pensar en las musarañas. Tu cerebro te pide acción, una acción para superar el bache.

Mirad no sé que deciros, no sé que puedo escribir más sobre esto. No tengo ganas de escribir, no tengo ganas de estar con el ordenador, pero sé que necesito escribir. Necesito escribir para liberarme. Estoy escribiendo algunas historias, las que continuo día si, día no. Cuando necesito escribir, me pongo con los textos y puedo evadirme un poco... solo un poco porque todo lo demás sigue hay, esperando en cada esquina...







-Creo que los bares se deben abrir para cerrar las heridas-

lunes, 1 de septiembre de 2008

Una noche no tan loca...

Os voy a contar lo que me pasó una noche, una noche en las que bailas solo, en la que ríes por no llorar. Tengo quince años, casi dieciséis, y tengo claro que es lo que haré una noche de estas cuando sea más mayor. Uno de mis sueños, fantasías o simplemente una cosa que me gustaría hacer sería coger el coche, de noche, poner música, rock o heavy preferiblemente, y dar vueltas y vueltas por la ciudad desierta sin rumbo fijo y con una acompañante muy especial… la soledad. Obviamente ahora mismo me es imposible porque no tengo edad para conducir un coche pero cuando alcance la edad, no lo dudaré en hacer.

Mientras llega el momento, las noches así van a seguir llegando. Supongo que como esa noche consumiré el tiempo en pensar y pensar como solucionar los problemas que de vez en cuando me atormentan y ahogar las penas entre el cine y la música. Deudas, amor, estudios, amigos… los problemas van de la mano con la vida. Se podría decir que a los adolescentes les afectan más los problemas porque se supone que aún no son maduros y no saben como afrontarlos. Yo mismo tengo problemas, ¿quién no tiene problemas en su vida?... Pero mucha gente se los calla y se consumen aparentando ser gente perfecta o inmune. A mí me gusta expresarme y muchas veces para desahogarme escribo, ya podéis ver la antepenúltima actualización. Pero claro, cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana.

Pues lo que estaba escribiendo antes. Las noches se hacen largas y cuando te acuestas empiezas a repasar las conclusiones a las que has llegado anteriormente. Al final te duermes. Yo soy una persona especial pues sueño en muchas, muchas ocasiones y esta vez no es una excepción. Sueño con… bueno, no voy a decir con que o quien sueño porque puede causar cosas indeseables, pero esta vez fue un sueño muy bonito donde todo era perfecto. Un sueño que contrastaba con mi estado de ánimo. Al despertar a la mañana siguiente, recuerdo el sueño, recuerdo que fue muy bonito.

Pero por muy bonito que fuera el sueño, los problemas siguen ahí… así que ya veis, despierto como me acosté…