domingo, 28 de febrero de 2010

Recuérdame.

Alguien me dijo una vez que no se puede volver de un lugar en el que nunca has estado. Aquel lugar imaginario, donde se mezclaban parajes imposibles sacados de los sueños más extraños del pintor más extravagante, con sensaciones que no podía ofrecer ninguna droga de las que hasta ese momento había probado, no existía más que en mi imaginación.

Durante mi vida, igual que en la de casi todos los mortales, se han alternado momentos que nunca se nos olvidarán, momentos "felices" y despreocupados, con momentos que tampoco se nos olvidarán, pero por el sufrimiento y la depresión o el dolor con los que los hemos vivimos. Se podría decir que no he tenido una existencia mala, ¿sabes?. He vivido muchas experiencias y he viajado por los más recónditos y bellos lugares que la Tierra podía ofrecerme, observando y disfrutando de sus gentes, sus manjares y sus historias. Tuve cientos de amantes de los cinco continentes antes de conocer a la mujer de mi vida, con lo que felizmente acabe el resto de mis días. Hice fortuna y la perdí toda para recuperarla más tarde, aunque si te soy sincero el dinero nunca me importó. Sí... no puedo quejarme de la vida que me tocó vivir.

Aún no me has contado tu historia y no sé si lo harás, así que no sé porqué estas aquí conmigo, en el purgatorio, un lugar donde almas en pena que antaño fueron hombres y mujeres libres, vagan sin rumbo fijo esperando una oportunidad para resarcirse y liberarse de la maldición que los persigue. Pero te puedo contar porqué estoy aquí, rodeado de los más pintorescos personajes que jamás conoció la civilización, Nerón, Descartes, Kurt Cobain, etc. Todos ellos intentando saldar una deuda que no pudieron pagar en vida o tratando de acabar algo que no pudieron finalizar. Yo, querido desconocido, estoy buscando un recuerdo... un sueño que viví hace tiempo, mucho tiempo.






Continuará... o eso espero.

martes, 23 de febrero de 2010

Fuck Yeah.

Dices que últimamente estoy raro y yo me limito a negar con la cabeza, sin ni siquiera mirarte a los ojos. En el fondo tienes razón, hasta yo me encuentro diferente, distante del mundo y hasta de mi mismo, pero no quiero reconocerlo. No quiero preocuparte con mis locuras y problemas, aunque sé que estas deseando ayudarme y estar a mi lado. Sin embargo, en el fondo todavía sigue anclada en mí una sensación de limitada y a ratos inexistente autosuficiencia, tan sólida como un castillo de naipes en un huracán, que me hace desconfiar de lo ajeno, de lo extraño.

Quizá esta situación sea el momento idóneo de liberarme, abrir mi interior y levar esa maldita ancla. Me pregunto que más tiene que pasar, que cadena de acontecimientos ha suceder, para que por fin sea capaz de decirte como me siento y que es lo que me ocurre. Pero, ahora que lo pienso, ni yo mismo sé que me ocurre.

Te sientas a mi lado, en una antigua silla con más años a sus espaldas que yo, pero con mejor aspecto. Te miro de reojo y vuelvo a pensar en lo afortunado que soy de tener a mi lado a una de las personas más comprensivas, pacientes y hermosas que jamás conoceré. Te recolocas el pelo con maneras de princesa extraviada en el infierno, y me vuelves a preguntar qué me ocurre mientras me rodeadas la mano con las tuyas.

Noto tus delicadas manos apretando la mía suavemente, sintiendo tu pulso acelerado, y decido mirarte a los ojos, negando otra vez con la cabeza inconscientemente. Decides retirarte con gesto de abatimiento, pero sé que en unas horas volverás a preguntar y puede que en ese momento haya reunido toda la fuerza para contar lo que siento.



Mañana será otro día, y si no me da igual.

viernes, 19 de febrero de 2010

Una droga literaria.


"Era ella. Mi Chloé. La operística e insuperable femme fatale de mis relatos hecha carne y lencería. Tenía la piel más pálida que había visto jamás y el pelo negro y brillante cortado en un ángulo recto que enmarcaba su rostro. Sus labios estaban pintados de lo que parecía sangre fresca, y auras negras de sombra rodeaban sus ojos verdes. Se movía como un felino, como si aquel cuerpo ceñido en un corsé reluciente como escamas fuese de agua y hubiera aprendido a burlar la gravedad. Su garganta esbelta e interminable estaba rodeada de una cinta de terciopelo escarlata de la que prendía un crucifijo invertido. La contemplé acercarse lentamente; incapaz ni de respirar, mis ojos prendidos en aquellas piernas dibujadas con trazo imposible bajo medias de seda que probablemente costaban más de lo que yo ganaba en un año, y sostenidas en zapatos de punta de puñal que se anudaban a sus tobillos con cintas de seda. En toda mi vida nunca había visto nada tan hermoso, ni que me diese tanto miedo."

Carlos Ruíz Zafón.
"El Juego del Ángel"



Siempre es un placer reencontrarme con la literatura de este hombre. Siento predilección po este escritor desde que hace unos años un libro suyo titulado "Marina" cayó en mis manos y me conquistó. Desde entonces, cuando siento que mi situación me pide leer sus obras, cojo alguno de sus pocos pero buenos libros y me engancho, hasta que en unos días, tras una lectura reparadora, las cosas vuelven a sus cauce y la vida sigue. Da igual que tenga que leer otros libros para el instituto o estudiar a Descartes y hacer ejercicios ácidos-base, sus novelas siempre me dominan.

Y que mejor, o en realidad peor, situación para releer su último libro que ésta...

jueves, 4 de febrero de 2010

Muiteprio Kaska


No, no soy un chico de pueblo. Aunque si lo soy de ciudad mediana, con todo a tiro de piedra, con mis amigos unas calles más allá y con caras reconocibles. Estoy orgulloso de la tierra donde he nacido ya que es aquí donde he crecido y donde se ha forjado todo lo que soy como persona. Todos estos años en esta ciudad han terminado por hacer que me acostumbre a sus calles, a su clima y a su gente, haciendo que todas estas cosas también sean parte de mí.

Por eso la semana pasada en la urbe de Barcelona me sentí en ocasiones descolocado y perdido. Durante todo el viaje estuve acompañado de parte de mis mejores amigos y de unos compañeros norteamericanos. Pero a pesar de su presencia y de que en este tipo de viajes hay pocos momentos de soledad, en determinadas situaciones y lugares me llegué a sentir solo al lado de la gran ciudad.

No tengo casi nada de objetar de Barcelona. Es la ciudad más bella en la que he estado. Me han impresionado mucho todos sus monumentos y toda su historia, aún hoy viva, y sus grandes calles repletas de gente. Gente de todas las edades, estilos y nacionalidades, cuya mezcla otorga a la ciudad algo especial. Es una ciudad en constante cambio, en movimiento, abierta a la cultura y a todo, moderna... La verdad es que no me importaría pasar alguna temporada larga de mi vida viviendo en Barcelona.

Sin embargo, como he dicho antes la ciudad se me queda muy grande aún. Quizá fue porque era la primera vez que la visitaba y no sabía, por ejemplo, donde estaban las pubs que responden a mis gustos o los restaurantes con la que comida que me gusta. Además tanta gente, con un estilo de vida tan diferente, han hecho que me sienta un poco extraño mezclado entre todos ellos.

Espero volver a la ciudad con más tiempo para recorrerla de un modo aceptable y con una compañía diferente ( a ser posible con Scarlett Johansson) con la que este de acuerdo en lo que se va a hacer y en lo que se va a visitar. No soy un chico de gran ciudad pero no me avergüenzo de ello y no renuncio a nada para el futuro.





I've always been behind you,
so i think we should meet.
If you want me I'm yours,
and even if you don't want me.