domingo, 29 de agosto de 2010

Hazte un blog.





No me gusta mucho el café. Todavía no han llegado las mañanas,tardes y noches eternas de bohemias cafeterías en las que las paredes cuentan historias, el humo del tabaco flota en el ambiente y alguien resume su vida desde el otro lado de la mesa. El café es especial, algo que solo se puede disfrutar en esas cafeterías, igual que el jazz solo se puede difrutar cuando lo escuchas en directo, en un bar oscuro y con una copa de whisky en la mano. Pues eso, que todavía no han llegado y que, en este momento, prefiero un brebaje menos serio, como la cerveza.






-Si no vuelvo, dile a mi madre que la quiero.
-Tu madre está muerta.
-Entonces se lo diré yo.

sábado, 21 de agosto de 2010

And law... is just a myth.






"No le importamos a la música. No le importa el dolor o el entusiasmo que ponemos en ella cuando la tocamos o la oímos. Se sirve de nosotros como una mujer de un amante que la deja fría."




He vuelto y he venido a disfrutar de mi último día de verano, que es mañana, y que discurrirá delante del escenario de Iron Maiden. Y es que soy consciente de que queda más verano, pero para mi no. Puede que sea triste, pero estos días serán de transición, entre viajes a Valencia y ensayos, al futuro.

¿Y qué decir de los días pasados?. Pues no sé. Lo mismo de siempre aunque no tanto esta vez. Y todavía no sé por qué...

martes, 3 de agosto de 2010

Three weeks out.





Señores físicos, señores matemáticos... ¿existe la máquina del tiempo?. Yo creo que en cierta manera sí que existe. Cada coche, cada tren, cada barco pueden considerarse una máquina del tiempo, pues son capaces de transportar a las personas a otros lugares anclados en el pasado. Un coche te permite abandonar el mundo urbano, un mundo que vive al día en pleno siglo XXI, y llevarte al monte, donde el mundo sigue tal cual era hace miles de años.

Me encanta la sensación de estar en un bosque, sin rastro de civilización, y pensar que hace miles de años las cosas eran exáctamente así. Pensar que, quizá, en el arroyo que tengo delante, algún caballero de la edad media habría saciado su sed hace cientos de años. Encontrar algún trozo de cerámica y pensar que aquí se asentó un campamento romano. Adoro la naturaleza, las leyendas y lo mítico... y casi más la historia. Y pienso que todas esas cosas se combinan en los bosques.

En los próximos días, también yo tomaré mi máquina del tiempo personal, o mejor dicho, mis máquinas del tiempo. Viajaré hasta lo profundo de Castilla y me adentraré en la sierra de Alcaraz. El coche me llevará hasta un pequeño pueblo, apartado de la vida moderna, donde se respira aire puro. Y la bicicleta me llevará a lo profundo de la sierra, a los bosques, donde espero encontrar la tranquilidad que tanto me hace falta.