domingo, 20 de febrero de 2011

Plantas y raíces.



Nos conocimos sin raíces, andamos un tiempo juntos, sin raíces… en algunos momentos tuve la sensación de que cada uno de nosotros arraigó en el otro. Pero, de cualquier manera, ya era demasiado tarde para nosotros. ¿Cómo podían asentarse en la tierra dos seres tan volátiles? Así que cada uno siguió el camino que le correspondía, y no hay nada más que decir. Hoy iré tarde a dormir. Te informo. Me imagino que mañana te levantarás temprano.


Las promesas que no puedes mantener, no las deberías hacer. Esta vez no podré mentir si me preguntas cómo estoy.

Misma historia y mismos actores.

domingo, 13 de febrero de 2011

C'est fini.

Tomamos un café y me decidí a decírselo, por fin. Le conté que me iba lejos y que probablemente sería la última vez que me vería, que nunca hablaríamos más. Pensé que si ponía la suficiente distancia, podría olvidar toda esta farsa. La cabeza me daba vueltas y todo parecía ajeno a mi, como si aquella fuese la escena de una película y yo el protagonista en tercera persona. A duras penas conseguí aguantarle la mirada, me faltó poco para derrumbarme, pero pude ver como desaparecía su sonrisa. Poco a poco se fue dando cuenta de que ella era la causante de todo. Estuvimos en silencio varios minutos y me pregunté en qué estaría pensando. Quizá se empezaba a dar cuenta de todo el daño que me había hecho, de cómo había rasgado mi vida de arriba abajo, y de qué forma más cruel había jugado conmigo. El café se enfriaba sobre la mesa y resonaban los ecos de conversaciones ajenas en aquel lugar. Ella comprendió que todo iba en serio. Las lágrimas le caían por sus mejillas y aquellos ojos brillaban como nunca había visto. Se me hizo un nudo en la garganta y sentí como si alguien me diera un puñetazo en el estómago, pero estaba decidido a acabar con todo. Me levanté de la mesa y la besé en la boca. Sus lágrimas rozaron mi piel y se mezclaron con las mías. Atravesé la puerta del café y me perdí entre las calles repletas de un soleado domingo de invierno. Y nunca más la volví a ver.

Un camino de torturas y de sufrimiento me ha traído donde ahora sigo muerto. ¿Cómo voy a continuar si tu magia ya no me hace efecto?.




No me gustan las despedidas, ni si quiera las temporales, así que no me gusta esta entrada.

Saludos.