viernes, 29 de diciembre de 2023

Variables.

Son las nosecuantas de la mañana. He estado con mis amigos, a los cuales hacía tiempo que no veía, y lo hemos pasado genial. En fin. No sé qué decirte. Antes de subir a casa recuerdo que tengo que ir al coche un momento. El camino es corto pero a estas horas se hace un poco tortuoso. Todo está envuelto en una densa niebla marina que se mete hasta en lo más profundo del alma. Durante todo el recorrido no puedo dejar de pensar en ti. Hace un frío humedo terrible, pero yo me derrito. Me derrito cuando pienso en lo calentita que estarás bajo todas esas mantas. Daría mi vida, haría un pacto con el diablo, solo por pasar una noche contigo debajo de esas mantas. Despertar al amanecer y acercarme un poquito a ti. Sentir que nada más importa fuera de esas mantas. Que se acabe el mundo. Oler tu pelo a escasos milímetros, que me acaricie suavemente la cara cada vez que respiras. Oler los restos del perfume que llevabas anoche y del champú que te gusta y que dices que te sienta tan bien y que me transportan a cualquier isla griega del Egeo, de donde podrías haberte escapado tú también. Que te despiertes y que todo se esfume porque tengo que cumplir mi pacto con el diablo y pasarme el resto de la eternidad picando piedra en el infierno. Picar piedra durante toda la eternidad con una sonrisa en la cara porque mereció la pena pasar esa noche contigo.

Puedo pasarme mucho tiempo. Me puedo pasar horas, días, semanas. El tiempo que, a través de mil cálculos e integrando en mil ecuaciones todas las variables, estimo justo y necesario para decirte las palabras adecuadas, medidas hasta el último milímetro, para sacarte una sonrisa. Para que más tarde te acuerdes de mí y vuelvas a sonreir un poquito. Te digo todas esas palabras con la cabeza mientras me callo todas esas que te diría con el corazón. Me gustaría que no me diese miedo y que no estuviera en juego perderte.


I will stay if you let me stay, 

and I’ll go if you let me go, 

but  I won’t go far away

because you’re my only home.


jueves, 2 de junio de 2022

Imposibles.

Son las ocho de la tarde y he ido superando satisfactoriamente todas las pruebas que me ha planteado el domingo. Como Indiana Jones en el templo maldito. He superado ese dolor de cabeza al despertarme a las dos, recurriendo a la química. He superado el deber de poner un poco de orden en casa y tratar de empezar la semana con buen pie y sin arrastrar deudas de la semana que acaba.

Pero son las ocho de la tarde, el sol comienza a flaquear y la casa se encuentra sumida en el silencio más frío. Me he puesto a pensar y me ha venido a la mente el recuerdo de tú y yo fumando en aquella calle. Fumando y hablando de mil cosas, sin ganas de entrar. Me ha venido el recuerdo de tu pelo y de tu piel. De tu falda y tus piernas de vértigo. He recordado tu sonrisa y me he resbalado otra vez por tus mejillas y tus labios. 

Nos mirábamos y tú me dijiste algo que podría haber firmado yo. Me dijiste, de la manera más dulce, que también estaba bien así, que los imposibles también son bonitos. Yo asentí. "Tienes razón", te dije. "Pero ojalá fuera posible", pensé.

Sigue siendo domingo y recuerdo aquella última mirada, ya de día, nuestra última mirada.


Dime qué tengo que hacer,
adónde le tengo que caer,
para pasar tres días y dos noches...

sábado, 9 de octubre de 2021

Recordar.

Algunos te ven todos los días. Otros todas las semanas. Y luego estoy yo que te veo cuando puedo. Y cuando no puedo pasa tan lento el tiempo. Pasan tan lentos los días y tan lentas las semanas. Y yo me dedico a recordar. Es todo lo que tengo. Me podría ganar la vida recordándote y te compraría un jet privado o un Ferrari rosa si me diesen un euro cada vez que apareces por mi cabeza. Recuerdo todos esos momentos a los que desearía volver.  

Recuerdo aquella vez cuando nos separamos de los otros. Cuando nos adentramos en la oscuridad de aquella playa. Sentados en la arena nos mirábamos y yo no sabía qué iba a pasar. Tú con decisión y yo a tu merced. Nos besamos por primera vez. Treinta segundos antes ni siquiera contemplaba que aquello pudiese pasar. Pero te volví a besar para saber si era de verdad. Tus labios dulces. Te tumbaste encima de mí y sentí tu cuerpo como nunca lo había sentido. Deslicé mis manos por tu espalda con tu pelo cayendo sobre mi cara, suave como una brisa de aire fresco. Me guiaste por tus curvas con tu respiración. 

Una vez me preguntaste si podría olvidar y volver a ser solo amigos. "Yo siempre seré tu amigo", dije. "Pero no podré olvidar", pensé. 


I wanna cry, lil' beibi

I wanna cry

quiero llorar, lil' beibi.

Estoy obseso, lil' beibi

lo tengo todo, lil' beibi

menos tu culo

es lo que me falta, lil' beibi

es lo que me falta.


jueves, 16 de septiembre de 2021

Un minutito.

No sé si puedo aguantar esto. No sé si puedo aguantar no poder verte. No sé si puedo no volver a tocarte. Deslizar mis dedos por tu cuello, seguir por tus mejillas y llegar a tus labios de la manera más suave del mundo. 

El día que me digas adiós será el día más triste del mundo y yo querré morirme. Sentiré esas naúseas y ese dolor en el estómago. Sentiré esa presión en el corazón y tendré que sentarme para que no me reviente la cabeza.

El día que me digas adiós querré morirme. Pero sé que el tiempo pasará y las cosas volverán a su lugar. Una cicatriz. El tiempo pasará y yo pensaré que cómo pude estar así. Que cómo pudo doler tanto y después olvidarlo. Pensaré que es tan triste que aquello tan intenso se pierda en el tiempo. 

El día a día lo pondrá todo en su sitio. Aprenderé a vivir otra vez. Volveré a disfrutar de las pequeñas cosas. Pero seguiré pensando en ti. Mi cabeza me dirá que me has olvidado pero mi corazón sabrá que te acuerdas de mí. Sabrá que, de vez en cuando y aunque solo sea un minutito y luego lo olvides, aún piensas en lo bonito que podría haber sido y en lo feliz que te hice. 


Y poder comprobar 

todo lo que cambió

y todo lo que sigue igual

y que así seguirá

condenado a no cambiar.


Volveré a las noches sin dormir

y las noches sin pensar

y las noches sin soñar

y las noches sin sentir

una vez más.


viernes, 20 de agosto de 2021

Tiempo muerto.

Esa sensación. La sensación de estar de paso en un lugar. Sentir que tu vida está en otro lado pero que tu día a día transcurre aquí. En una ciudad que no entiendes y rodeado de gente que no importa. He visto esto en tantas películas. Lo he escuchado en tantas canciones...

Algunas tardes todo es tan triste. Yo recuerdo los momentos que pasamos y me pregunto que por qué ya no. Necesito una guía, unas instrucciones o un tutorial de YouTube. Cualquier cosa que me ayude. Necesito saber cómo se sobrevive cuando has tocado el cielo. Cuando lo has besado y cuando has saboreado cada centímetro cuadrado.

Regreso a casa sabiendo que no estás. Sabiendo que nadie me estará esperando. Abro la puerta y todo está tan tranquilo. Tan solitario. Recuerdo amanecer junto a ti. Despertándote con unas caricias. Unos besos suaves. Y ahora la cama vacía y yo buscando tu olor en las sábanas.

Todo es igual. Igual de feo, de bonito, de malo, de bueno, de interesante, de aburrido, de alegre, de triste. Todo es igual. Pero lo es sin ti, por lo que nada es igual. 


Óyeme, escúchame,

si no estoy contigo nada me sabe bien.

Me seco las lágrimas con billetes de cien.

No tengo ningún sueño si no estás en él.

lunes, 5 de julio de 2021

Baile intenso.

Es un día un poco gris y he decidido salir a caminar por la ciudad. La mirada un poco perdida y la cabeza en otra parte. Me acerco al río y paso por los sitios que recorrimos. Veo cada banco que ocupamos y me detengo un poquito a contemplar cada vista que te gustó. Todo es bastante diferente ahora. Siento que todo ha cambiado, pero los puentes y las catedrales siguen en el mismo sitio. Los árboles permanecen inmóviles en su rincón y las aguas siguen bajando con constancia y determinación.

Recuerdo cada momento. Recuerdo aquella sala del centro de la ciudad llena de desconocidos. El recuerdo de tu piel resplandeciendo entre el negro de la ropa. Tu pelo dorado. Todos nos estaban mirando. Aquella música sonando. Te movías y yo no podía dejar de mirarte. Mis manos sobre tus caderas y tu cuerpo acercándose mucho. Yo sobreviviendo a tu baile intenso.

Te recuerdo el domingo en mi cama. Unas caricias por aquí y por allá. Alguna sonrisa. Tus mejillas más redondas que nunca. 

Recuerdo la alarma sonando aquel lunes. Despertarme desorientado, pensando si realmente aquello había pasado. Con la certeza de que algo había cambiado.


Y es un cúmulo de cosas 

pero una me hizo explotar,

fue cuando te vi bailar.

Como te mueves no es normal.





miércoles, 17 de febrero de 2021

Inventos.

Hoy se cumplen 5 años de aquel cumpleaños tuyo que pasamos juntos. Igual ya ni te acuerdas, pero yo pienso en ese día de manera recurrente. Tú me dijiste que si íbamos al cine y yo dije que no, que quería quedarme hablando contigo. Quería seguir mirándote, saber más de ti... En fin, ya lo he escrito alguna vez. Se pueden encontrar trozos de aquel día en varias entradas de este blog. Un día que ocupa un hueco importante en mi corazón y en mis recuerdos y sigue inspirándome. 

5 años es un número demasiado redondo como para quedarme callado, dejar pasar el día y silenciar mis pensamientos. Pero ahora me lo tengo que inventar todo desde que no sé nada de ti. Me tengo que inventar que las cosas te van bien y que sigues adelante. Que duermes plácidamente, calentita bajo las mantas. Me invento que sonríes ligeramente y sin darte cuenta cuando los primeros y suaves rayos del sol te acarician cada mañana. Que tu pelo sigue igual de rojo. Me concedo el privilegio de inventar que me recuerdas con cariño y que de vez en cuando aún piensas en los momentos que compartimos. Así que me podéis llamar Jimmy Neutrón, el niño inventor. 



Y lanzan flores para la cantante,
tu nombre en letras de neón.
Mira cómo sonríe en el escenario,
qué dulce voz.
Qué divina está.