domingo, 24 de enero de 2010

Un montaña exigente.


En el Tour de Francia hay muchos tipos de montañas. Hay algunas que son cortas pero con una pendiente muy pronunciada y también las hay largas, eternas, pero con un suave desnivel. Hay montañas que se superan llendo a ritmo constante y otras que, para que quedar descolgado, tienes que superar a base de arrancadas y golpes de riñón. Existen montañas muy largas en las que, en su mayor parte, son tramos suaves hasta que enfilas la cima con una pendiente en la que la fuerza de gravedad puede más que tus piernas y avanzas vacilante, de un lado otro.

A mi me ha tocado subir esta última montaña este Enero. A pie de montaña, a principios de mes, se intuía que iba ser una tarea larga e iba a ser complicado llegar a la cima, sin embargo, cuando pasaban los kilómetros y los días me iba dando cuenta de que no estaba siendo tan difícil. Cierto que habían rampas duras y momentos malo pero la cosa no iba tan mal, me sentía con fuerzas para continuar hasta la cima.

Sin embargo, ahora que tengo la cima a vista, la carretera esta mucho más empinada y no hay un momento de respiro para descansar las piernas. Me fallan las fuerzas y mi fortaleza mental se viene abajo. No sé si superaré la montaña sobre la bicicleta o arrastrándome como un inútil...

1 comentario:

BM dijo...

Pff... a mi también me esta pasando lo de la cuestecita... En fin, espero que tanto para ti como para mi (y el resto de gente que se encuentre en esta situación) se nos haga algo más leve nuestra llegada a la cima y no decidamos finalizar nuestro camino...

Un saludo ;]
Y ánimo!



PD: No decaigas nunca...