lunes, 1 de septiembre de 2008

Una noche no tan loca...

Os voy a contar lo que me pasó una noche, una noche en las que bailas solo, en la que ríes por no llorar. Tengo quince años, casi dieciséis, y tengo claro que es lo que haré una noche de estas cuando sea más mayor. Uno de mis sueños, fantasías o simplemente una cosa que me gustaría hacer sería coger el coche, de noche, poner música, rock o heavy preferiblemente, y dar vueltas y vueltas por la ciudad desierta sin rumbo fijo y con una acompañante muy especial… la soledad. Obviamente ahora mismo me es imposible porque no tengo edad para conducir un coche pero cuando alcance la edad, no lo dudaré en hacer.

Mientras llega el momento, las noches así van a seguir llegando. Supongo que como esa noche consumiré el tiempo en pensar y pensar como solucionar los problemas que de vez en cuando me atormentan y ahogar las penas entre el cine y la música. Deudas, amor, estudios, amigos… los problemas van de la mano con la vida. Se podría decir que a los adolescentes les afectan más los problemas porque se supone que aún no son maduros y no saben como afrontarlos. Yo mismo tengo problemas, ¿quién no tiene problemas en su vida?... Pero mucha gente se los calla y se consumen aparentando ser gente perfecta o inmune. A mí me gusta expresarme y muchas veces para desahogarme escribo, ya podéis ver la antepenúltima actualización. Pero claro, cada uno es libre de hacer lo que le venga en gana.

Pues lo que estaba escribiendo antes. Las noches se hacen largas y cuando te acuestas empiezas a repasar las conclusiones a las que has llegado anteriormente. Al final te duermes. Yo soy una persona especial pues sueño en muchas, muchas ocasiones y esta vez no es una excepción. Sueño con… bueno, no voy a decir con que o quien sueño porque puede causar cosas indeseables, pero esta vez fue un sueño muy bonito donde todo era perfecto. Un sueño que contrastaba con mi estado de ánimo. Al despertar a la mañana siguiente, recuerdo el sueño, recuerdo que fue muy bonito.

Pero por muy bonito que fuera el sueño, los problemas siguen ahí… así que ya veis, despierto como me acosté…

1 comentario:

Hada dijo...

Personalmente, adoro las noches largas, aquellas en las que uno no quiere irse a dormir por pensar mientras se toca la guitarra, escucha música o se ve una película decente, de las que te hacen reflexionar y, además, considero que está muy bien ser conscientes de eso último que tú dices... es imposible tapar los problemas porque, como dice todo el mundo, los sueños sueños son y no nos vamos a dejar llevar por ellos; la realidad manda.


(Igual me fui mucho del tema)

Un saludo :)