jueves, 16 de septiembre de 2021

Un minutito.

No sé si puedo aguantar esto. No sé si puedo aguantar no poder verte. No sé si puedo no volver a tocarte. Deslizar mis dedos por tu cuello, seguir por tus mejillas y llegar a tus labios de la manera más suave del mundo. 

El día que me digas adiós será el día más triste del mundo y yo querré morirme. Sentiré esas naúseas y ese dolor en el estómago. Sentiré esa presión en el corazón y tendré que sentarme para que no me reviente la cabeza.

El día que me digas adiós querré morirme. Pero sé que el tiempo pasará y las cosas volverán a su lugar. Una cicatriz. El tiempo pasará y yo pensaré que cómo pude estar así. Que cómo pudo doler tanto y después olvidarlo. Pensaré que es tan triste que aquello tan intenso se pierda en el tiempo. 

El día a día lo pondrá todo en su sitio. Aprenderé a vivir otra vez. Volveré a disfrutar de las pequeñas cosas. Pero seguiré pensando en ti. Mi cabeza me dirá que me has olvidado pero mi corazón sabrá que te acuerdas de mí. Sabrá que, de vez en cuando y aunque solo sea un minutito y luego lo olvides, aún piensas en lo bonito que podría haber sido y en lo feliz que te hice. 


Y poder comprobar 

todo lo que cambió

y todo lo que sigue igual

y que así seguirá

condenado a no cambiar.


Volveré a las noches sin dormir

y las noches sin pensar

y las noches sin soñar

y las noches sin sentir

una vez más.


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