miércoles, 15 de abril de 2020

Diarios de la peste (VI)


Es verdad. Esas noches feas en las que me pregunto por qué merece la pena seguir. ¿Por qué, si no quiero, resisto aquí? Hoy solo se me ocurre que porque en 15 o 20 años la industria de Hollywood no tendrá ninguna idea original para una película así que solo se les ocurrirá financiar con ingentes cantidades de dinero una nueva saga de El señor de los anillos. Yo protestaré: ya no se hace cine como antes. Ya no hay nuevos Humphrey Bogart ni John Ford. Tampoco hay nadie como Ingrid Bergman. Pero aún así volveremos a emocionarnos cuando suene esa música épica y una carga de caballería aplaste a un rebaño de apestosos orcos y algún trol, cegados por la luz del mithrandir Gandalf. Durante esas tres horas me evadiré de mi vida. 

Seguir porque otro día dentro de mucho tiempo sonará una canción. Yo me acordaré de ti. Habré restringido tu régimen de visitas a mi cabeza. Pero sé que cuando llegue el estribillo y suenen esos arreglos de piano volverás con fuerza. Te dedicaré unos minutos asomado a la ventana, fumando un cigarrillo. Me preguntaré si estarás bien. Si serás feliz. Pensaré en cómo sería mi vida si estuvieras aquí. Si estuvieras conmigo. Si fueras mía. Será la nostalgia la que me domine, como un recuerdo de lo que sentí por ti. Un recuerdo de estar vivo. De cuando lo hubiese dado todo por ti.



130 noches recordé tu cara de ángel,
130 días lamenté no poder oír tu voz.

No hay comentarios: