Que me queda más si no recurrir a la heroica, echarle agallas y esperar un milagro, un giro en el destino, un cambio en mi suerte y que mis sueños, anhelos e ilusiones se vean cumplidos. ¿Son lícitos estos pensamientos?, ¿es normal este comportamiento?...
Compañeros, ha llegado la hora, la hora decisiva, clave para la solución de mis problemas, clave de mi existencia en este mundo imaginario en el que no soy más que un extraño. Un extraño y no uno más del rebaño pues es en este momento cuando más firme he de mostrarme, sin fisuras, humilde pero decidido a darlo todo sin importar que meta la pata como de costumbre.
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